La tasa de flujo espiratorio
máximo, también conocida como flujo máximo, o PEF, es una medida de la máxima
velocidad de flujo de aire hacia fuera de los pulmones, cuando se sopla tan
fuerte como sea posible. Este proporciona una medida de qué tan bien controlada
está su asma, así como de la efectividad de su tratamiento. Las lecturas se
obtienen soplando en un medidor de flujo máximo y mientras más constreñidas
están sus vías aéreas, más baja será la lectura.
Usted puede obtener un medidor de
flujo máximo con la prescripción del profesional de la salud que lo atiende, si
concuerda en que sería útil para usted. Usted puede usarlo en casa para medir
regularmente su propio flujo máximo y llevar un registro de los resultados. Tal
registro puede proporcionar una imagen útil de qué tan bien controlada está su
asma, ayudarle a optar por un cambio en su tratamiento según lo acordado en su
plan de acción personal contra el asma y le puede proporcionar información útil
al profesional de la salud que lo atiende. El monitoreo del flujo máximo puede
ser útil para ayudar a prevenir un ataque de asma, especialmente en las
personas que no perciben síntomas de su asma hasta que ya está muy mal.
Una caída en la lectura del flujo
máximo indica que su asma está empeorando y podría significar que se encuentra
en riesgo de un ataque de asma. Consulte al profesional de la salud respecto a
lo que debe hacer si esto pasa.
Si usted está realizando la
medición del flujo máximo, como parte de su plan de acción personal contra el
asma, mantenga un buen trabajo y hágalo regularmente. Si usted no cuenta con un
medidor de flujo máximo, hable con el profesional de la salud que lo atiende, e
investigue si uno le podría ayudar en el control de su asma.
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